ACTA DE FUNDACIÓN POR EL CAMBIO
Introducción
La presente es la carta de fundación para todos aquellos que disfrutan con el fútbol: aficionados, jugadores, patrocinadores, cadenas emisoras, todos los que trabajan en el medio y también para quienes forman parte de sus órganos de gestión. Es para los que piensan que el fútbol se merece un órgano de gestión de alcance mundial sin corrupción, fraudes, ni intereses particulares. Es para todos que quieren que el fútbol esté regido por personas que tomen decisiones y emprendan las correspondientes acciones de modo transparente, que se hagan responsables de actuar en beneficio para el deporte y la sociedad civil. Y es para todos quienes forman parte del mundo del fútbol a nivel internacional. El fútbol importa. Tiene el poder y la capacidad de unir el mundo de un modo superior a los demás. Funciona a todos los niveles. No deja indiferente a nadie. Abre puertas y crea grandes amistades con una facilidad pasmosa. Más de lo que lo conseguiría cualquier empresa, o gobierno, mejor de lo que podría soñar cualquier persona. Y, cuando algo cohesiona, como lo hace el fútbol, se convierte en una gran fuerza del bien en el mundo, positiva y muy potente. El problema La FIFA es una de las organizaciones con mayor descrédito en todo el mundo debido a la serie de alegaciones de corrupción que plagan casi todas y cada una de sus acciones fuera del campo, síntoma de una crisis de liderazgo, gestión y responsabilidad exigible. Las decisiones del Comité Ejecutivo de diciembre de 2010 que concedieron a Rusia y a Catar los derechos de organización de los campeonatos de la Copa Mundial de 2018 y 2022, respectivamente, han sido el centro de atención durante más de cuatro años. Incluso a pesar de que estas decisiones fueran precedidas de una serie interminable de escándalos que han plagado esta organización durante décadas. Saltaron a primera página a nivel internacional por la imputación por corrupción de 14 altos cargos del mundo del fútbol por parte de las autoridades de Estados Unidos en mayo de 2015, acompañadas de la declaración de la fiscal general, Loretta Lynch, de que se iban a producir aún más arrestos. El fiscal general suizo, Michael Lauber, ya ha confirmado que el gobierno suizo está llevando a cabo una investigación independiente respecto a la corrupción de los dirigentes del fútbol. Nuestra postura La FIFA no es una organización privada. Las personas que la gestionan no son propietarias ni de la organización ni del deporte en sí. Son custodios del deporte en nombre del gran número de millones que lo juegan y de los miles de millones que lo disfrutan. Todo y así, la FIFA y en especial su Comité Ejecutivo, administran el juego sin ser responsables ante nadie más que ellos mismos. Las dos partes esencialmente interesadas en este juego -los jugadores y los aficionados- no tienen voz ni voto sobre el modo en que se gestiona y rige su deporte. Queda claro y patente que la FIFA es incapaz de reformarse a sí misma. Nuestro punto de vista es que la cultura que pervive en su organización, desde la cúpula hasta el último nivel, está muy lejos de ser abierta, transparente, responsable de sus actos y rigurosa, que no es capaz de transformarse en el tipo de organización que jugadores, aficionados y las distintas comunidades a nivel internacional, se merecen. Reformar la FIFA para que se convierta en una organización democrática, transparente y responsable es el objetivo principal del mundo del fútbol, porque los valores de la organización y sus órganos de gobierno son el marco a través del que se toman las decisiones y se cierran los contratos. Queremos que la FIFA funcione con el mismo nivel de transparencia y responsabilidad que esperamos de nuestros gobiernos, principales organizaciones e instituciones. Queremos una FIFA sin corrupción, fraude, ni intereses particulares; que cumpla su papel de custodia -que no de propietaria- del deporte en beneficio de la actual y futuras generaciones. Queremos que la FIFA se haga responsable de los millones de personas que juegan a este juego y los miles de millones de seguidores que tiene. El tiempo de una nueva FIFA es ahora, ¡ya! La solución Apelamos a: 1. Poder establecer una comisión independiente para la reforma de la FIFA como administración interina dirigida por una persona relevante, con un amplio mandato para: a) revisar y desarrollar la constitución, estatutos, códigos y políticas operativas y las prácticas en vigor; b) desarrollar nuevas las nuevas condiciones de gestión, lo que incluiría la afiliación y el marco de referencia de las federaciones; c) realizar el proceso de elección del Comité Ejecutivo, que incluiría al nuevo presidente; y d) nombrar al personal ejecutivo sénior. 2. Los gobiernos, en que los patrocinadores o cadenas emisoras que retransmitan los partidos de la FIFA tengan sede, deberán considerar implantar medidas para animar a las corporaciones para que apoyen una comisión independiente para la reforma de la FIFA. 3. Todas las federaciones de fútbol del mundo deberían apoyar esta acción. 4. Los patrocinadores y cadenas emisoras deberían apoyar esta acción. 5. Los seguidores deberían promover estas acciones frente a sus gobiernos, sus asociaciones de fútbol, los patrocinadores, cadenas emisoras, medios, a través de las plataformas sociales y firmando la petición en www.newfifanow.org. Esta comisión independiente para la reforma de la FIFA debería estar presidida por una persona de relevancia. Entre el resto de miembros para formar parte de esta comisión de la que deberían formar parte otras personas relevantes del mundo jurídico, empresarial, gubernamental y del deporte. Bruselas, enero de 2015 |